Hasta hace unos años el tejido adiposo humano carecía de interés para nosotros salvo para ser eliminado de cualquier forma. Aunque ya se iba sabiendo que es un tejido extremadamente complejo en su funcionamiento y con una gran actividad metabólica (la mayor parte de los estudios se deben al incremento de la obesidad en el mundo occidental) no fue hasta el año 2001 que todas las miradas de los investigadores se fijaron en él, al describirse la presencia de células capaces de convertirse en otros tejidos, que se han denominado células madre (o troncales) derivadas del tejido adiposo (ADSC en inglés).
Las ADSC no son capaces de formar un organismo vivo entero o diferenciarse por sí mismas en cualquier tejido como las embrionarias, pero en laboratorio se ha podido conseguir crear a partir de ellas células adiposas, cartilaginosas, musculares, óseas, endoteliales, hepatocitos y hematopoyéticas (de la sangre). Las ADSC son fáciles de obtener en gran cantidad del tejido adiposo y se pueden cultivar en laboratorio aumentando su número. Un gramo de tejido adiposo tiene unas 700000 células madre. Esto ha hecho de ellas el principal recurso de los investigadores en los avances de lo que se ha denominado Medicina Regenerativa. De forma espontánea no se convierten en este tipo de células, sino que precisan un medio de cultivo especial o la adición de factores específicos de crecimiento.
Para obtenerlas se somete el lipoaspirado a un proceso de digestión enzimática y centrifugación. Se obtiene un pequeño depósito denominado SVF (fracción vascular estromal) en el que hay macrófagos, células endoteliales, linfocitos T y las ADSC. Este SVF se trata de forma que podemos obtener las ADSC. Para diferenciarlas se identifican los marcadores. Para entendernos un marcador es como decir de una persona que es alta, con piel blanca y rubia. Las ADSC se caracterizan por tener unos marcadores que son CD34+, CD31- y CD45-. Las células endoteliales son CD 31+ y las hematopoyéticas son CD145+.
Todavía no se sabe muy bien el papel que desempeñan estas células ni cómo actuán de verdad en vivo. Se están haciendo numerosos ensayos en animales y algunos clínicos para determinar el potencial terapéutico de estas células. Se está investigando su uso en enfermedades que no tienen tratamiento o en casos que no responden al tratamiento habitual. Se sabe que las células madre producen factores (sustancias) que ayudan a otras células a sobrevivir o a funcionar mejor. También se sospecha de que en determinadas condiciones pueden convertirse en otro tipo de células.
Lo que está claro es que la primera acción de las ADSC es convertirse en células endoteliales cuando las condiciones son pobres en oxígeno (hipoxia). Diversos trabajos en situaciones particulares donde los tejidos cicatrizan mal debido a la mala vascularización (aporte inadecuado de sangre y por tanto de oxigeno), el tratamiento con células madre mejora la situación y ayuda a reparar el tejido: úlceras, fístulas en enfermedad de Crohn (una enfermedad inflamatoria que afecta al íleon y colon), radiodermitis (secuela de radioterapia), isquemia de extremidades (enfermedades vasculares de extremidades) e infarto de miocardio. Las ADSC también tienen un efecto antiinflamatorio e inmunomodulador, asi que se están investigando en Alzheimer, osteartrosis y osteoartritis y en la reacción injerto-contra-huésped de los trasplantes. Se ha demostrado que las ADSC cuando se inyectan endovenoso se dirigen a la zona afectada (inflamada) para realizar su trabajo.
El campo de las ADSC y la Medicina Regenerativa es fascinante… seguiremos…
Dr. Jesús Benito Ruiz es el director médico y cofundador de Antiaging Group Barcelona, con más de 30 años de experiencia en Cirugía Plástica, Estética y Reparadora. Licenciado con honores en Medicina y Cirugía por la Universidad de Valencia, se especializó en Cirugía Plástica en el Hospital “La Fe”. Ha sido presidente de la AECEP y vicepresidente de la SECPRE.
Reconocido por su innovación en técnicas quirúrgicas, el Dr. Benito Ruiz ha desarrollado procedimientos avanzados como el aumento mamario con grasa propia y el lifting facial sin cicatrices visibles. Es autor de numerosas publicaciones científicas y participa activamente en congresos internacionales. Entre sus premios destacan el Premio Gómez Ferrer Navarro de Cirugía y el Premio McGhan por sus avances en cirugía mamaria.