Muchas cosas han ido cambiando con el paso de los años, ya no nos andamos con tonterías ¡estamos en el siglo XXI! La evolución de la medicina y de las «tendencias» de la sociedad y el avance de la tecnología han contribuido a cambiar nuestra percepción de lo que ocurre a nuestro alrededor. Se acabó la larga lista de temas tabú. Se comienza a hablar con soltura e interés sobre numerosos temas hasta ahora desconocidos u ocultados por el “qué dirán”. La cirugía y la medicina estética pasa de un segundo plano al rango de los “aceptados”, aunque aún no para todos…
No hay nada nuevo bajo el sol…
Hace cuarenta años si una persona se sometía a una cirugía plástica era un completo secreto. Nadie hablaba de esos retoques y si te pillaban “in fraganti” no se tardaba menos de 30 segundos en replicar con alguna excusa médica, cuando realmente te estabas sometiendo a un aumento de pecho por un motivo estético.
Lo irónico de todo esto es que durante siglos ha existido ese mismo afán por cambiar de apariencia y por la coquetería:
- Pelucas barrocas que se convertían en accesorios imprescindibles para el equilibro emocional.
- Peelings químicos hechos con el fondo de las cubas de vino.
- Polvos para conseguir una tez muy blanca.
- Corsés apretados para resaltar todas las curvas de la mujer.
La realidad es que se han utilizado cantidad de tácticas para modificar la percepción del resto de personas sobre nuestro aspecto físico.
De excusas y retoques…
Estamos en el siglo XXI y la cirugía plástica ya ha salido del armario. Sin embargo, no se sabe por qué razón muchas personas todavía no llegan a hablar con toda naturalidad de los retoques que se han hecho.
¿Por qué algunos no hablan de su rinoplastia pero sí de su cirugía láser para evitar llevar gafas?
Parece que las personas veamos por ejemplo en la rinoplastia una cirugía por pura estética mientras que una cirugía láser se hace para mejorar la vista y no para dejar atrás unas gafas. Parece un combate de ‘importancias’ entre el tratamiento dirigido a mejorar tu salud y el que mejora tu autoestima…
Por esta razón hacemos excusas del estilo…
– “Me realicé una rinoplastia porque tenía un problema respiratorio”…esta afirmación la hizo la Casa Real hablando sobre la princesa Letizia, cuando realmente se sometió a una rinoplastia combinada con mentoplastia para suavizar su perfil.
– “Estuve todo el invierno machacándome en el gimnasio y haciendo muchas pesas”…en realidad te realizaste un lifting de brazos para deshacerte de la flacidez.
– “Tras el embarazo, los cambios hormonales y la posterior pérdida de peso mi piel estaba caída por eso me sometí a diferentes intervenciones”…el famoso “mommy makeover” abdomen, mamas o celulitis.
Es curioso que nos inventemos tantas excusas cuando la cirugía ya no es un tema tan tabú.
Sí, me he operado y ¿qué?
Con el tiempo ha ido cambiando la mentalidad y como ha ocurrido con otros temas, la cirugía plástica ha pasado a ser un tema cada vez más natural, aunque aún con muchísimo que recorrer, sobre todo gracias a los siguientes factores:
– Las numerosas historias de famosos y su cirugía que han salido a la luz. Sus eternas miradas jóvenes ahora tienen un porqué.
– El factor económico también ha tenido mucho que ver. Existen numerosos tratamientos que están por debajo de los 1.000 euros. La medicina estética ya no es accesible sólo para unos pocos.
– La neuromodulación se ha convertido en un factor diferencial. Podría decirse que la neurotoxina ha revolucionado el mundo de la medicina estética.
– Técnicas cada vez menos invasivas: hoy en día se pueden obtener resultados espectaculares en menos de una hora sin ni siquiera pasar por quirófano.
Si la cirugía estética ya no se trata de algo embarazoso o la última de las opciones para alcanzar esa imagen de belleza que absolutamente todos tenemos de uno mismo y de los otros (como hacemos con una ortodoncia o con una cirugía para no llevar gafas), ¿por qué seguimos escondiéndolo entonces?
Y tú, ¿qué otras excusas has escuchado? ¿a quién le contarías si te has hecho un retoque o te has operado?
Se inició en el campo de la Medicina y la Cirugía Estética en 1999, creando el grupo de Medicina Estética de Antiaging Group Barcelona en 2004, y responsable del área de Láser desde 2006.
Actualmente profesora del Máster de Medicina Estética y del Bienestar del IFMiL (Institut de formación Mèdica i Lideratge), con la colaboración de la Universitat de Barcelona y del COMB (Colegio Oficial de Médicos de Barcelona).
Participa en diferentes líneas de investigación y publicaciones científicas.