El ácido hialurónico es un producto muy utilizado desde hace muchos años, por lo que se tiene una amplia experiencia sobre él y además, permite gran versatilidad de tratamientos. La investigación en este campo ha permitido diferentes redensificaciones del ácido hialurónico, lo que lo convierte en una buena opción para zonas finas y delicadas como las arrugas superficiales o las ojeras y opciones de voluminización para áreas como pómulos o mentón.
Pero lo realmente nuevo y lo que quiero explicarte es el concepto de rejuvenecimiento facial con ácido hialurónico, es decir, cómo ha cambiado la forma de trabajar del ácido hialurónico.
En los últimos años, las técnicas más modernas de rejuvenecimiento facial con ácido hialurónico ayudan a restablecer y mantener las diferentes áreas del rostro con menos sombras, sin aportar volúmenes artificiales, y lo que es más importante: ser nosotros mismos y mantener la naturalidad.
Por lo tanto, el uso de ácido hialurónico ha sido y es, ahora más que nunca, un tratamiento fantástico, como he comentado al principio, en arrugas y surcos definidos, en la voluminización de pómulos o mentón y en el tratamiento de remodelado de labios, puesto que la estructura facial va cambiando progresivamente con el paso de los años. Vamos perdiendo volumen (grasa, músculo e incluso hueso) y nuestros tejidos son más flácidos.
Esta combinación fatal aporta sombras a unas aéreas muy definidas de la cara y son estas sombras las que envejecen nuestro aspecto. Sobre todo la aparición de sombras se localiza en el área que rodea la boca (surcos nasogenianos, código de barras, barbilla), en el área que rodea los ojos (párpados, cejas y ojeras) y en óvalo facial.
Pómulos
Una de las áreas más afectadas por el envejecimiento es la de los pómulos. El descenso y la pérdida de volumen en esta zona nos da una mirada triste, la aparición del pliegue que va del ala nasal a la comisura del labio (surco nasogeniano), la aparición de flacidez en las mejillas y la pérdida de la línea mandibular por el exceso de piel (pérdida de la definición del óvalo facial).
Recuperar la estructura de la zona correspondiente al pómulo es posible con la aplicación de la técnica denominada “ lifting de 8 puntos” en la que se aplica ácido hialurónico en 4 puntos de cada mitad de la cara localizados en el tercio medio de la misma.
El tratamiento es rápido y el efecto muy natural. Podemos completar el efecto de la técnica con el tratamiento de la ojera, en caso de que esté hundida, recuperando así la vitalidad de la mirada.
Zona Peribucal
Otra zona que no debemos olvidar es la peribucal. En ella trabajamos tanto las líneas que se producen en el labio superior, conocidas como “código de barras”, como la pérdida de volumen en el mentón.
En muchos casos la pérdida de volumen en esta área, junto a la flacidez (que proviene de la zona de caída de las mejillas), produce las llamadas “líneas marioneta” y, además, la zona central de la barbilla se hunde y nos da el aspecto de “barbilla de abuelita”.
El rejuvenecimiento de esta área aporta juventud y luminosidad al rostro sin aumentar el volumen de forma visible.
Línea Oval del rostro
La línea oval del rostro la podemos trabajar dando volumen a la zona temporal (es la zona lateral de los ojos) que tiende a perder volumen y a hundirse con la edad. La línea mandibular la podemos dibujar aplicando pequeñas cantidades de ácido hialurónico en la zona.
La recomendación para este tipo de tratamientos es progresiva: vamos aportando ácido hialurónico inicialmente a las zonas que más lo necesitan y de una forma programada vamos trabajando el resto de zonas.
Los tratamientos se espacian entre 3 y 6 meses en función de las necesidades de cada persona y trabajamos áreas diferentes en cada una de las sesiones. Esto permite rejuvenecer progresivamente.
Si deseas deshacerte de la flacidez y las arrugas que se han instalado en tu rostro para recuperar un aspecto más joven y con un resultado muy natural, ¡anímate con el rejuvenecimiento con ácido hialurónico!
Una buena opción en manos de un equipo de profesionales.
Se inició en el campo de la Medicina y la Cirugía Estética en 1999, creando el grupo de Medicina Estética de Antiaging Group Barcelona en 2004, y responsable del área de Láser desde 2006.
Actualmente profesora del Máster de Medicina Estética y del Bienestar del IFMiL (Institut de formación Mèdica i Lideratge), con la colaboración de la Universitat de Barcelona y del COMB (Colegio Oficial de Médicos de Barcelona).
Participa en diferentes líneas de investigación y publicaciones científicas.