Objetivo vientre plano: Todos lo queremos pero fallamos en el intento. Cuando ni las dietas ni el deporte son suficientes, ¿qué hacemos?
Hubo una vez, en otro tiempo, que tu barriga estaba plana. No es que tu mente haya formado un recuerdo imaginario, es que tienes fotos que lo atestiguan. Pero la vida fue pasando y aquello fue hinchándose hasta llegar a tener, a ratos, un parecido razonable con el de un globo lleno de agua.
Las barrigas crecen y seguramente si le preguntáramos a cualquiera, hombre o mujer, con qué parte de su cuerpo está descontento o le gustaría cambiar, un gran porcentaje se decantaría por señalar la zona abdominal. Soñamos con un vientre plano, terso, fuerte, libre de grasa… ¡Pues dejemos de soñar y pongámonos manos a la obra!
Cosas que puedes hacer
Lo primero, ser realista. Nadie, ni siquiera las modelos de pasarela, tienen el vientre plano todos los días y a todas horas. Simplemente por una cuestión de espacio: Después de comer y de beber, lo que has ingerido ocupa un lugar en el estómago y los intestinos, con lo que la zona abdominal se expande hacia fuera.
Lo segundo a tener en cuenta es la alimentación. ¿Sabes que hay alimentos con propiedades inflamatorias? Y no hace falta que te vuelvas loco buscándolos en las zonas de dietética de los supermercados o el herbolario más hipster de tu barrio. Ve a la frutería y vuelve a casa con pepinos, plátanos, papaya y espárragos. Todos ellos son aconsejables en nuestro objetivo de vientre plano, siempre que los incluyas en tu dieta de manera equilibrada. No olvides tampoco los yogures probióticos, que ayudan en el tránsito intestinal.
Sobre el agua: Que sí, que hay que beber 1,5 litros aproximadamente, nos lo sabemos de memoria. Pero no hay que volverse loco, porque pasarse de largo también hincha la barriga. Reparte el líquido a lo largo del día, recuerda que también vale en forma de caldo, té, manzanillas… Y las infusiones de anís, que son las reinas contra la hinchazón abdominal. Cena ligero (pescados, verduras) y pronto, si puede ser, dos o tres horas antes de irte a la cama.
Ahora vamos con lo que nos da más pereza: El ejercicio físico. No hace falta machacarse en el gimnasio al principio. Lo realmente importante es la constancia y el hábito. Pero hay que hacerlo (no insultes al mensajero si estás leyendo esto).
Hay varias cosas que tienes que saber: La tableta de chocolate no es nada fácil, deja de soñar. Para nuestro objetivo vientre plano hará falta incluir dos cosas en nuestra rutina de entrenamiento: Una actividad aeróbica que ayuda a quemar la grasa (baile, zumba, step, aerobic, running…) y (oh sí), abdominales, que tendrán el objetivo de tonificar y rebajar el volumen en la zona.
Aunque no todos los productos son tan milagrosos como los anuncian, también puedes apoyarte en la cosmética. Hay muchas formulaciones para ayudarnos en nuestro objetivo vientre plano y cualquier granito de arena, por pequeño que sea, bienvenido será.
Abdominoplastia
Sin embargo, la cosa puede ser más seria. El doctor Jesús Benito advierte que hay casos en que los embarazos y la pérdida de peso importante provocan un descolgamiento de los tejidos del abdomen que «no se puede resolver de otra manera» que no sea quirúrgicamente.
«En la obesidad y tras los embarazos es habitual ver una separación en los músculos rectos y un abombamiento del abdomen por la falta de tono muscular. El ejercicio puede potenciar el tono muscular del abdomen, pero nunca juntará los músculos y esta separación hará perder efectividad al abdomen», señala el doctor.
Algunos embarazos y grandes pérdidas de peso provocan un descolgamiento de los tejidos del abdomen que solo se pueden resolver quirúrgicamente
La solución quirúrgica que apunta el doctor se llama abdominoplastia. Se trata de una intervención que consigue eliminar el exceso de piel y tejido graso del abdomen y tensar los músculos de la pared abdominal. «Una vez que la musculatura está reparada y junta, la fuerza muscular es mayor y el abdomen trabaja más coordinada y efectivamente», dice el especialista. El vientre estará más plano, más firme y la cintura mejor moldeada.
Hay varios tipos de intervención. En casos en los que el exceso de piel y grasa son grandes, se practica una abdominoplastia clásica, pero cada vez es más frecuente hacerlo mediante la combinación con una liposucción, en lo que se llama una lipoabdominoplastia.
Una de las principales dudas que plantean los pacientes se refiere a la cicatriz posterior a esta operación estética. El doctor Jesús Benito admite que suele ser larga, «aunque se esconde siempre en la parte baja del abdomen, de forma que se pueda ocultar con la ropa de baño e interior».
Para el caso de embarazadas que vayan a tener a su bebé por una cesárea y se les haya ocurrido sugerir una abdominoplastia en la misma intervención, el doctor Benito advierte que no es aconsejable, porque los resultados no son tan satisfactorios. Mejor esperar un poco.
Piensa tus opciones, vence la pereza y, sobre todo, consulta con un especialista. Las celebrities pocas veces admiten sus intervenciones estéticas, pero pensemos en los tres meses que tardó Angelina Jolie en recuperar la silueta después de tener a los gemelos. Seguro que se mató a entrenar, comió sano y… ¿nada más?
Créditos imagen 1: Guillaume Laurent / Foter / CC BY-NC-SA. Imagen 2: Teammarche / Foter / CC BY-SA. Imagen 3: Project 404 / Foter / CC BY-NC-ND. Imagen 4: TipsTimesAdmin / Foter / CC BY-SA
Dr. Jesús Benito Ruiz es el director médico y cofundador de Antiaging Group Barcelona, con más de 30 años de experiencia en Cirugía Plástica, Estética y Reparadora. Licenciado con honores en Medicina y Cirugía por la Universidad de Valencia, se especializó en Cirugía Plástica en el Hospital “La Fe”. Ha sido presidente de la AECEP y vicepresidente de la SECPRE.
Reconocido por su innovación en técnicas quirúrgicas, el Dr. Benito Ruiz ha desarrollado procedimientos avanzados como el aumento mamario con grasa propia y el lifting facial sin cicatrices visibles. Es autor de numerosas publicaciones científicas y participa activamente en congresos internacionales. Entre sus premios destacan el Premio Gómez Ferrer Navarro de Cirugía y el Premio McGhan por sus avances en cirugía mamaria.