¿Tienes el pecho caído? Voy a compartir esto contigo: La operación de mastopexia no es fácil. De todas las operaciones cirugía plástica-estética de la mama es posiblemente la más dificultosa para el cirujano plástico. La razón principal es que las técnicas que tenemos a nuestro alcance no suelen cumplir al 100% las expectativas de las pacientes. Normalmente son mujeres de alrededor de los 30 que ya han tenido hijos (y/o han perdido mucho peso) y la mama se ha descolgado. Atrás queda la mama de la juventud, más o menos tersa, y el volumen y turgencia del embarazo. Tras éste y la lactancia, la mama queda vacía porque la glándula se atrofia y la piel no se retrae lo suficiente quedando como un saco medio vacío. Puedes consultar más información en nuestra página del tratamiento de Mastopexia en Barcelona.
Mastopexia, solución al pecho caído
Las mujeres buscan tener una mama «bien puesta» y juvenil y piensan en un simple aumento con una prótesis, pero en la mayor parte de los casos esto es imposible. La mama ha cambiado tanto que lo mejor es olvidarse de la que un día fue, de la que ha sido durante el embarazo y concentrarse en lo que se tiene y lo que podemos conseguir con las técnicas actuales.
Pseusoptosis y el aumento de mamas
El problema con el que nos encontramos es que nos falta contenido y nos sobra continente. En el mejor de los casos el pezón está bien situado y la mama sólo está vacía con un ligero exceso en el polo inferior (a esto lo llamamos pseudoptosis). Este es el caso más cercano a un aumento de mamas convencional ya que con un implante llenamos la mama y solucionamos el problema. En estos casos, personalmente suelo preferir una prótesis anatómica para poder levantar lo posible el complejo areola-pezón. En mi opinión la prótesis redonda puede dar lugar a un doble contorno a medio plazo.
Tres tipos de ptosis o caída
Pero si el pezón ya ha caído y está a nivel o por debajo del surco la cosa se complica. Para poder recolocar el pezón en sus sitio y subirlo hemos de quitar piel. No vale con rellenar únicamente ya que sólo conseguiríamos una mama más grande e igual de caída. Según la posición del pezón respecto al surco y la cantidad de glándula por debajo del mismo distinguimos tres tipos de ptosis. Cuanto mayor sea la ptosis más hemos de subir la areola y el pezón y mayor cicatriz tendremos que hacer. El peculiar «drama» de las mamas caídas es que hemos de usar técnicas de reducción de mamas para conseguir un aumento y recolocación de la mama, aunque parezca una contradicción.
Básicamente hay 2 formas de ajustar la piel: quitando sólo piel alrededor de la areola (mastopexia periareolar) y quitando piel alrededor de la areola y del polo inferior de la mama (dejando además de la cicatriz areolar una desde la areola hasta el surco o incluso en forma de T invertida). Las 2 tienen ventajas e inconvenientes. Evidentemente en ptosis II y III es mejor hacer una mastopexia vertical o en T: nos permite ajustar mucho mejor la piel sobrante y dar una mejor forma a la mama, consiguiendo una forma cónica y con mejor relleno en polo superior.
El mayor problema radica en las ptosis I o I-II. Si quitamos piel alrededor de la areola hemos de tensar la piel alrededor de ésta con lo que estamos cosiendo un círculo grande sobre otro pequeño. Esto nos obliga a fruncir la piel y dejar unas arrugas alrededor de la areola (parece la imagen de un sol con sus rayos, poético, vale, pero algo inestético a la vista). Las arrugas van desapareciendo con el tiempo pero suele ser a costa de la distensión de la areola. Una areola que dejamos con 3-4 cm de diámetro tras la operación puede alcanzar los 5-6 cm en unos meses. No podemos controlar este proceso. Uno de los principales problemas de esta técnica es que la cicatriz puede quedar ensanchada y discrómica y la areola distendida, además de que las dos areolas pueden quedar distintas entre sí.
Nosotros tenemos hasta un 20% de retoques de cicatriz en la mastopexia periareolar (y el retoque no siempre es efectivo). Otra desventaja de la mastopexia periareolar es que al tensar la mama desde la areola, la achata y la redondea. Con el uso de prótesis anatómicas de gel cohesivo podemos crear algo más de conicidad, pero la tensión periareolar siempre resta proyección. La mayor ventaja de esta técnica es que efectivamente deja poca cicatriz. Creo que está indicada en pacientes con poca caída y no muy grandes y en aquellas que de ninguna manera aceptan más cicatriz en la mama pero que entienden los problemas de la cicatriz periareolar.
La mastopexia con cicatriz vertical o en T es la que mejor forma da a la mama. Esta indicada de forma absoluta en pacientes con mamas muy caidas y/o con volumen. Da una bonita forma cónica y más proyección. Si además insertamos un pequeño implante que dé firmez y rellene el polo superior el resultado estético es muy bueno. El problema es la cicatriz que deja… aunque con el tiempo se blanquean y se ven menos, siempre están ahí.
Si quieres ver los buenos resultados de las operaciones de mastopexia de la clínica Antiaging Group Barcelona consulta nuestra sección de antes y después de levantamiento de pecho
La mastopexia no es un aumento de mamas
En definitiva el tipo de técnica de una cirugía plástica-estética de la mama como la mastopexia es algo que se debe decidir conjuntamente entre la paciente y el cirujano, siempre que entendamos los pros y contras de cada técnica y asumamos que no es un simple aumento de mamas.
Dr. Jesús Benito Ruiz es el director médico y cofundador de Antiaging Group Barcelona, con más de 30 años de experiencia en Cirugía Plástica, Estética y Reparadora. Licenciado con honores en Medicina y Cirugía por la Universidad de Valencia, se especializó en Cirugía Plástica en el Hospital “La Fe”. Ha sido presidente de la AECEP y vicepresidente de la SECPRE.
Reconocido por su innovación en técnicas quirúrgicas, el Dr. Benito Ruiz ha desarrollado procedimientos avanzados como el aumento mamario con grasa propia y el lifting facial sin cicatrices visibles. Es autor de numerosas publicaciones científicas y participa activamente en congresos internacionales. Entre sus premios destacan el Premio Gómez Ferrer Navarro de Cirugía y el Premio McGhan por sus avances en cirugía mamaria.