¿Se pueden mezclar cremas de diferentes marcas?
¿Se pueden combinar activos sin que pase nada?
Confiesa: En el estante de tu baño coincidió una vez un sérum de supermercado y una crema de esa firma coreana tan famosa, sí, sí, esa que te costó un congo y que tenía una caja muy bonita que daba pena tirar. Incluso se rumorea que por esa época el tónico que tenías lo habías comprado en la farmacia… Y también se dice que lo usabas todo a la vez…
Mezclar cremas
¿Eres culpable de mezclar cremas? Posiblemente (como el 99,99 por ciento de la población usuaria de cosmética, así, en un redondeo improvisado). Y es muy probable que te hayas preguntado si esto es malo o peligroso. Si puede hacer daño a la piel o si sería mejor utilizar todos los productos de la misma gama, como recomiendan las firmas cosméticas y dermatológicas. Pues en realidad, lo que menos importa es la marca: «Habitualmente las casas comerciales diseñan líneas determinadas de tratamiento, por ejemplo contra el acné o la flacidez, y todos los productos de la gama contienen los principios activos de ese tratamiento, lo cual es lógico a la hora de seguir una rutina en función de la edad o del problema que queramos tratar. Pero, en realidad, la piel no reconoce si es de una marca u otra, sino cuales son los principios activos».
Así que toma nota. Lo que importa es saber si necesitas retinol o vitamina E, no la firma del laboratorio o la casa cosmética que lo haya formulado/fabricado/envasado… ni mucho menos el precio que hayas querido pagar.
La piel no reconoce si es de una marca u otra, sino cuales son los principios activos”.
La siguiente pregunta es lógica. ¿Y qué pasa si lo que mezclo son los activos cosméticos? Esto sí importa. Hay que tener cuidado fundamentalmente con dos (y muy habituales en el mercado, por cierto): La vitamina C y retinol. La primera es un potente antioxidante, «pero si se mezcla con alfahidroxiácidos puede provocar más eritema e irritación. Si se mezcla con péptidos de cobre, se inactiva la función de ambos; y si se combina con retinol da lugar a más sequedad e irritación».
Por su parte, el retinol es un derivado de la vitamina A y uno de los principios activos más efectivos para el tratamiento de las arrugas, reconocido a nivel científico. «Igual que pasa con la vitamina C, no debe mezclarse con alfahidroxiácidos por su poder de irritación, así que cuidado con las pieles sensibles. Tampoco debe combinarse con productos de tratamiento antiacné como el acido salicílico o el peróxido de benzoilo, por su alto poder de descamación y sequedad, pudiendo incluso provocar hiperpigmentaciones inflamatorias e incluso ampollas».
Todo en orden
Pero hay algo que también tiene relevancia y a veces no se la damos. En este caso, el orden de los factores sí altera el producto. La secuencia de aplicación de los cosméticos cuenta y mucho. Por el día (siempre con el rostro limpio), utiliza primero el sérum, a continuación el antioxidante (resveratrol, vitamina C), la hidratante y, por último, el protector solar (de FPS 30 en invierno y FPS5o en verano). No corras. Tienes que esperar a que se seque bien entre capa y capa, para dar tiempo a que se absorba el producto.
Por la noche, empieza por limpiar bien, sigue con el tónico, a continuación el sérum, luego un producto con retinol y por último, en el caso de que lo utilices, el aceite (también esperando a su absorción).
¿La crema más cara es la mejor?
Ay, la gran pregunta. En el mercado hay una variedad grandísima de precios de cosméticos, desde los más baratos hasta cremas de lujo de firmas de mucho postín. Como en todo, se tiene la idea de que lo más caro es mejor pero, ¿qué justifica desde el punto de vista dermatológico que un producto de este tipo cueste 300 euros, si otro que se publicita con los mismos efectos vale 3?
Hay varios factores que explican el precio de un cosmético: calidad y tipo de principio activo, concentración, galénica o excipientes, packaging y el marketing, explica la doctora Salvador. «Lo más importante es el principio activo y los excipientes, y a veces es difícil analizar esto para alguien que no sea un experto. Por eso hay una tendencia a recomendar productos de venta en farmacia por su fiabilidad y su coste aceptable».
Así que ya sabes. Lo que toca es leerse la letra pequeña del prospecto cosmético y empaparse en activos cosméticos, no dejarse llevar por el color del envase ni por si la imagen de la marca es una actriz de Hollywood que te encanta y en la foto parece tener una piel maravillosa. Y para no errar en tu elección, lo primero es tener un diagnóstico concreto y correcto de tu piel, hecho por un especialista, y saber qué es lo que necesitas exactamente. Para eso, pide cita con nuestros expertos.
Se inició en el campo de la Medicina y la Cirugía Estética en 1999, creando el grupo de Medicina Estética de Antiaging Group Barcelona en 2004, y responsable del área de Láser desde 2006.
Actualmente profesora del Máster de Medicina Estética y del Bienestar del IFMiL (Institut de formación Mèdica i Lideratge), con la colaboración de la Universitat de Barcelona y del COMB (Colegio Oficial de Médicos de Barcelona).
Participa en diferentes líneas de investigación y publicaciones científicas.