Encapsulamiento de la mama. ¿Qué es la cápsula?
Aparentemente la palabra «encapsulamiento» ya tiene una connotación negativa. Básicamente porque se ha hecho sinónima de «contractura capsular«. Y no es lo mismo.
El encapsulamiento de la prótesis es un fenómeno normal. El organismo siempre produce una cápsula alrededor de cualquier implante (puede ser de mama o de rodilla o un catéter). Es una capa extraordinariamente fina formada por fibroblastos, colágeno, vasos sanguíneos y por supuesto, células inflamatorias. El colágeno se organiza (dispone) paralelo a la superficie que envuelve.
Esta cápsula se produce siempre y puede ser más o menos gruesa en función del individuo y de la superficie del implante. De hecho, puede haber varias capas de fibroblastos.
¿Es malo tener cápsula?
No, no lo es. La cápsula mantiene el implante en posición (si es muy débil el implante puede moverse demasiado o descender por debajo del surco de la mama). Y sirve de protección, porque en el caso que se produjera una rotura del implante, sirve de barrera e impide que la silicona pase al tejido glandular (rotura intracapsular).
De hecho la capsula puede tener suficiente fuerza como para poder usarla como refuerzo. Lo solemos hacer en aquellos casos en los que la protesis ha descendido demasiado y hay que subirla y llevarla a su posición. Usamos la cápsula para reforzar el surco submamario en vez de utilizar una malla.
¿Qué es la contractura capsular?
En algunas situaciones el organismo empieza a engrosar la cápsula periprotésica. Se forma más colágeno y la cápsula se endurece. Esto es lo que denominamos como contractura capsular. En casos muy antiguos incluso aparece calcificaciones en la cápsula. Esto se debe a una reacción inflamatoria (no es lo mismo que rechazo del implante).
También hay un fenómeno que se llama doble cápsula. Se produce en prótesis rugosa o texturadas cuando se forman dos cápsulas alrededor del implante, una adherida a la superficie de la prótesis y otra adherida al tejido.
¿Es urgente tratar la contractura capsular?
La contractura provoca una deformidad de la mama. La hace más redonda y dura. No sólo provoca una alteración estética, sino que también es incómoda (por ejemplo, al ponerse boca abajo). La contractura esferifica la mama y hace que el implante se pliegue dentro de su bolsillo. Estos pliegues pueden provocar un desgaste de la envoltura del implante (por la fricción continuada) y desembocar en una rotura del mismo.
En cualquier caso, no es necesaria una operación urgente dado que no afecta a la salud ni a la mama. Pero es recomendable tratarlo. No hay una clara indicación en la comunidad científica de cuánto se puede esperar. Evidentemente, si hay dolor o molestias (grado IV de contractura) es recomendable la intervención.
Dr. Jesús Benito Ruiz es el director médico y cofundador de Antiaging Group Barcelona, con más de 30 años de experiencia en Cirugía Plástica, Estética y Reparadora. Licenciado con honores en Medicina y Cirugía por la Universidad de Valencia, se especializó en Cirugía Plástica en el Hospital “La Fe”. Ha sido presidente de la AECEP y vicepresidente de la SECPRE.
Reconocido por su innovación en técnicas quirúrgicas, el Dr. Benito Ruiz ha desarrollado procedimientos avanzados como el aumento mamario con grasa propia y el lifting facial sin cicatrices visibles. Es autor de numerosas publicaciones científicas y participa activamente en congresos internacionales. Entre sus premios destacan el Premio Gómez Ferrer Navarro de Cirugía y el Premio McGhan por sus avances en cirugía mamaria.