«¡Qué malo es llegar a viejo! Pero es peor no llegar.» Este dicho popular refleja a la perfección como el paso de los años va haciendo mella en nuestro cuerpo. Sin embargo, en cada cumpleaños deseamos que la experiencia se repita al año siguiente, pues cumplir uno más es sinónimo de seguir viviendo.
Vamos poco a poco hacia adelante, y cada vez que cambiamos de década nos acordamos de la anterior: a los 30 nos remitimos a lo bien que estábamos con 20, a los 40, recordamos lo estupendos que nos sentíamos a los 30 y así, sucesivamente…
Que el tiempo no se detiene es un hecho, y los años, además de aumentar el número de nuestra edad, nos traen poco a poco pero de forma constante los signos del envejecimiento.
Vamos notando que nuestra piel deja de estar tan tersa, probablemente no tan hidratada como antaño, las pequeñas marcas de expresión comienzan a aparecer y la gravedad nos avisa de que anda por aquí cerca.
El envejecimiento nos trae una piel más seca, más delgada y menos elástica. La causa principal es que la producción natural de colágeno, que da forma y elasticidad a la piel, cae en picado.
Sin embargo, también hay otros factores que aceleran el envejecimiento natural de la piel.
Evitarlos, será una de las mejores estrategias que puedas llevar a cabo para envejecer con gracia y elegancia.
1. ¡Ojo con el sol! Protégete
Los rayos de sol pueden hacer mucho daño a nuestra piel si no exponemos a ellos sin protección y de forma excesiva. Mientras los rayos UVA afectan a la dermis, lugar donde se encuentran el colágeno y la elastina, los rayos UVB, inciden directamente sobre la capa superficial de la piel, provocando el enrojecimiento y debilitándola considerablemente.
Además, proteger tus ojos con unas buenas gafas de sol evitará que frunzas constantemente el ceño, y retrasará la aparición de arrugas en dicha zona.
2. No te pases con la «fritanga»
La elevada temperatura necesaria para calentar el aceite donde se realizan los alimentos fritos favorece la glicación, un proceso metabólico que influye negativamente sobre nuestra piel. ¿Sabes por qué?
Ya que afecta considerablemente al colágeno o la elastina, las proteínas encargadas de la reparación de la piel.
3. Contaminación 0
Vivir en las grandes ciudades tiene muchas ventajas, pero también un gran inconveniente: la contaminación.
Esa suciedad que flota en el ambiente se adhiere a nuestra piel, taponando los poros y evitando que las células reciban todo el oxígeno que necesitan para mantenerse jóvenes ya activas.
4. Stop tabaco y nicotina
Además de dar ese horrible color amarillo a la piel, el tabaco es uno de los mayores aliados del envejecimiento facial. La nicotina destruye el colágeno de la piel, y las arrugas aparecen prematuramente ya que el diámetro de los vasos sanguíneos disminuye, con lo que la llegada de la sangre a las capas superficiales de la piel se hace más difícil.
#5. Estrés, tensión e insomnio
Todas conocemos a alguien que parece tener más años de los que realmente tiene debido a que ha padecido situaciones especialmente difíciles en su vida.
Las preocupaciones, los periodos de estrés y no dormir las horas necesarias para que la piel se recupere de los excesos del día a día aceleran notablemente la aparición de síntomas de envejecimiento facial.
¿Sabes cuáles son los trucos que luchan contra el envejecimiento facial?
Cuidar la piel a diario es la mejor arma preventiva para luchar contra el envejecimiento prematuro. Utilizar cremas y limpiadores adecuados a nuestro tipo de piel es primordial para mantener una piel joven y fresca.
Una alimentación equilibrada, controlar la exposición al sol y protegernos piel y ojos de los rayos ultravioleta y descansar adecuadamente son hábitos diarios que debemos introducir en nuestra rutina.
Los peelings son también un excelente tratamiento de medicina estética para eliminar las manchas cutáneas y las pequeñas arrugas en cualquier zona del cuerpo o del rostro.
No está demás realizar un buen estudio sobre la situación actual de nuestra piel, de cara a conocer su estado y las acciones preventivas o correctivas que podemos realizar para seguir manteniendo una piel tersa y joven.
Porque ya sabes lo que dicen: vale más prevenir que curar…
Se inició en el campo de la Medicina y la Cirugía Estética en 1999, creando el grupo de Medicina Estética de Antiaging Group Barcelona en 2004, y responsable del área de Láser desde 2006.
Actualmente profesora del Máster de Medicina Estética y del Bienestar del IFMiL (Institut de formación Mèdica i Lideratge), con la colaboración de la Universitat de Barcelona y del COMB (Colegio Oficial de Médicos de Barcelona).
Participa en diferentes líneas de investigación y publicaciones científicas.