Aprovecho el hilo del tema anterior que trataba sobre los tattoos para profundizar en el tema de las cicatrices. Esta chica africana es de la tribu de los Nuba en Sudán donde se practica la costumbre ancestral de la escarificación a partir de la adolescencia. La escarificación consiste en la provocación de cicatrices cutáneas con un objeto cortante de la forma y profundidad deseadas para crear diseños como el de esta chica. Uno de los motivos para realizar esta práctica es la de diferenciarse de los animales porque curiosamente no hay ningún otro mamífero que desarrolle cicatrices queloides. Es curioso que en África se provoquen las cicatrices queloides y nosotros en Occidente busquemos todo lo contrario.
En nuestra especialidad las cicatrices son la gran cuestión, quien de nosotros invente el método infalible y permanente de eliminar las cicatrices se hará de oro. Las publicaciones científicas sobre el tema son inabarcables pero ninguna concluyente: no existe la goma de borrar cicatrices. Lo que si está demostrado es que la combinación de cirugía con la infiltración de corticoides y las terapias con presión y silicona mejoran la sintomatología y el aspecto.
¿Por qué es tan difícil dar con la solución? Porque los mecanismos de producción, regulación y remodelación de la cicatriz incluyen diversos mecanismos en los que intervienen muchos tipos de células, transmisores, enzimas…Existe una predisposición familiar así que por genética hay una tendencia que puede verse agravada por un mal tratamiento de la herida. Por ello no solo es fundamental “bordar bien” sino también un cuidado posterior más que cariñoso.
Otro matiz importante a destacar es la diferencia entre cicatriz hipertrófica y queloide. Esta última se extiende más allá de los márgenes de la herida original (queloide tiene como raíz griega chele que significa patas de cangrejo) y además contiene no solo colágeno tipo III sino también tipo I y además desorganizado. Es una completa locura de la piel.
Estoy convencida que en los próximos 10 años vamos a avanzar no sólo en el conocimiento de los porqués sino de los cómos con tratamientos cada vez más eficaces. De momento solo nos queda soñar con un cutis inmaculado como los bebés y luchar para dar a nuestra piel toda la nutrición y cuidados que necesita.
Se inició en el campo de la Medicina y la Cirugía Estética en 1999, creando el grupo de Medicina Estética de Antiaging Group Barcelona en 2004, y responsable del área de Láser desde 2006.
Actualmente profesora del Máster de Medicina Estética y del Bienestar del IFMiL (Institut de formación Mèdica i Lideratge), con la colaboración de la Universitat de Barcelona y del COMB (Colegio Oficial de Médicos de Barcelona).
Participa en diferentes líneas de investigación y publicaciones científicas.