Este cuadro lo encontrareis en el Museo del Louvre, sí, es ciertamente desconcertante si pensamos en la época en que se pintó y a la vez provocador. La mujer a la que tocan el pezón es Gabrielle d’Estrées, amante oficial de Enrique IV de Francia en el siglo XVI. Se desconoce la autoría de la pintura pero se sabe que pertenece a la escuela de Fointainebleau. Está lleno de detalles alegóricos y se acepta la hipótesis de que la obra fuera pintada con el propósito de conmemorar el nacimiento de unos de sus hijos y que la que pellizca sea una de sus hermanas.
Aprovecho esta imagen para hablar de una parte de nuestra anatomía que tiene una importancia capital y que en ocasiones no se le da el suficiente valor: las areolas. Son el punto focal de la mama y una de las referencias anatómicas más importantes para nosotr@s los cirujanos a la hora de los marcajes para las reducciones de mama, colocación de prótesis y de implantes pectorales y para las reconstrucciones de mama.
Son muchos los aspectos que podemos modificar y mejorar: posición, diámetro, color, contorno, simetría y el pezón.
Los cánones establecen que el diámetro de las areolas deben estar entre 3.8-4.2cm y la distancia a la horquilla esternal debe ser de 19-21cm y a la línea media de 9-11cm. Todo esto puede sufrir variaciones según la altura de la persona y la anchura de la mama por eso como siempre la individualización es pieza clave antes de cualquier cirugía. Así, areolas muy grandes pueden reducirse pero a costa de una cicatriz periareolar, y pueden subirse a expensar de una cicatriz en todo el contorno de la areola y a veces una cicatriz vertical. En los hombres la posición y diámetro son diferentes, están más ladeadas y son más pequeñas.
El color también es un aspecto importante, más ahora que con las actuales técnicas de micropigmentación se puede resaltar el color o crear una areola nueva si ha sido extirpada y modificar la forma si no es redonda o tiene cicatrices que se puedan disimular. Como la areola no es única, la simetría debe siempre tenerse en cuenta aunque a veces hay que sacrificar algún aspecto para no tener cicatrices areolares.
Y por último: el pezón, puede parecer una tontería pero podemos modificar su longitud, su anchura e incluso reparar pezones invertidos con una mínima incisión que pasa desapercibida en la base del mismo.
Nariz, ombligo y areolas son puntos de referencia que nos hacen humanos, que nos hacen “normales”. Pero como cada uno tenemos los nuestros, ¡eso nos hace únicos y especiales! y siempre queda la cirugía o la micropigmentación para corregir defectos que puedan afectar a la autoestima del paciente.
Dr. Jesús Benito Ruiz es el director médico y cofundador de Antiaging Group Barcelona, con más de 30 años de experiencia en Cirugía Plástica, Estética y Reparadora. Licenciado con honores en Medicina y Cirugía por la Universidad de Valencia, se especializó en Cirugía Plástica en el Hospital “La Fe”. Ha sido presidente de la AECEP y vicepresidente de la SECPRE.
Reconocido por su innovación en técnicas quirúrgicas, el Dr. Benito Ruiz ha desarrollado procedimientos avanzados como el aumento mamario con grasa propia y el lifting facial sin cicatrices visibles. Es autor de numerosas publicaciones científicas y participa activamente en congresos internacionales. Entre sus premios destacan el Premio Gómez Ferrer Navarro de Cirugía y el Premio McGhan por sus avances en cirugía mamaria.